Tamborrada de San Sebastián
Tamborrada de San Sebastián: El día 20 de enero San Sebastián vive una jornada única y, por qué no decirlo, atronadora. Para el turista que visite la ciudad ese día y no se haya informado debidamente, la sorpresa es como poco, impactante. Durante 24 horas Donostia vive sumida en una sucesión de 'tamborradas', o dicho de otra forma, desfiles donde se tocan melodías con tambores.
Los guías turísticos de San Sebastián estamos acostumbrados (¡y encantados!) de explicar durante nuestros tours la importancia de esta fiesta para los donostiarras, por eso a continuación te indicamos algunos datos imprescindibles para entender lo que significa este día y que no te coja desprevenido.
CUÁNDO SE CELEBRA LA TAMBORRADA
Como ya hemos comentado, se celebra siempre el día 20 de enero, ya que es el día del patrón de la ciudad (San Sebastián). Aunque es plena época de frío y lluvia, los donostiarras se mantienen fieles a este día. La Tamborrada comienza a las 00:00 del día 20 de enero, un momento en el que la Plaza de la Constitución, en pleno corazón de la parte vieja, está abarrotada para un momento tan especial como el comienzo de la fiesta.
ORÍGENES DE LA TAMBORRADA
Los orígenes de la Tamborrada están ligados a las comparsas de Carnaval de la ciudad. San Sebastián fue durante mucho tiempo una plaza militar, estaba por tanto sometida a un régimen castrense y el ambiente militar era común. De hecho, todas las mañanas un desfile militar atravesaba la ciudad (la actual parte vieja de Donosti), salían desde el Museo San Telmo (en aquel momento no era museo sino cuartel militar) hasta una puerta hoy desaparecida de la muralla, que estaría ubicada en la zona del actual Boulevard. Al parecer alguna comparsa carnavalera comenzaría a imitar, a modo de parodia como es normal en estos casos, dicho desfile. Y ahí, según la tradición, tendría su germen inicial la actual Tamborrada, aunque eso sí con muchos cambios posteriores.
DÓNDE VER LA TAMBORRADA DE DONOSTIA
Las más de 140 tamborradas que participan recorren toda la ciudad. Es imposible estar en San Sebastián ese día y no cruzarte con una. Y teniendo en cuenta que cada tamborrada se compone de entre 20 y 50 tambores, también es imposible no escucharlas aunque no las veas, salvo que dispongas de los mejores tapones de oídos, ¡aunque si vas a la Tamborrada de San Sebastián es para vivirla!
MÚSICA
Raimundo Sarriegi y Serafín Baroja son dos personajes ilustres a los que les debemos tan bello himno, llamado La Marcha de San Sebastián, que es sin duda el más importante y popular durante el día grande de Donostia. El primero, Sarriegi (quizás os suene la céntrica plaza que lleva su nombre, junto al Mercado de la Bretxa) fue el compositor y creador. Su música gustó tanto que el propio Ayuntamiento la hizo suya y la declaró oficial, pasando a ser una seña de identidad de la ciudad. El segundo, Serafín Baroja, a pesar de su obra literaria, periodística, ser ingeniero, editor... siempre será conocido sobre todo por ser padre del famoso Pío Baroja. Pero a parte de esta gran aportación a la humanidad, no podemos olvidar que puso letra a la música de Sarriegi.
EL TAMBOR DE ORO
Se trata de un galardón que se concede cada año durante este día, 20 de enero, a una persona o institución como reconocimiento a la promoción de la imagen de Donostia. Por ejemplo varios cocineros lo han recibido - Subijana en 2015, Berasategui en 2005 - e incluso un grupo musical, La Oreja de Van Gogh, en el año 2010. No son pocas las veces que este premio ha estado rodeado de polémica, especialmente por candidatos que finalmente no han recibido apoyo suficiente para ser considerados merecedores del premio, aunque de eso hablaremos más extensamente en un futuro post de nuestro blog.
TRAJES DE LA TAMBORRADA
Los trajes - que no disfraces - son lo más llamativo de esta fiesta junto al propio sonido atronador de sus tambores. Los miembros que participan lo hacen vestidos de militares y de cocineros. En 1881 el Ayuntamiento de San Sebastián regaló tambores y trajes a las sociedades gastronómicas, que son las que participan en la fiesta en su mayor parte. Estos trajes pertenecieron a las tropas napoleónicas que estuvieron en la ciudad durante la ocupación francesa, que finalizó tras la cruenta Guerra de la Independencia. Por tanto, muchos de los participantes empezaron a usar estos trajes y otros prefirieron seguir con la indumentaria de cocinero. Y la pregunta del millón, que muchas veces nos hacen a los guías los grupos de turistas que visitan Donosti con nuestro free tour diario, es la siguiente: Si los franceses fueron los invasores ¿por qué os vestís como ellos? ¿Por qué honrarlos, por qué ese homenaje? Bien, es que no es un homenaje. Es más bien una burla, una parodia. Según la tradición, las aguadoras, que eran las mujeres que iban a por agua a las fuentes de la ciudad, recorrían muchas veces las calles coincidiendo con soldados napoleónicos que desfilaban tocando el tambor. Y serían estas las que, imitando a los soldados a modo de burla, empezarían a tocar sus cántaros de agua de camino a las fuentes. Este gesto, de alguna manera considerado de protesta, sería adoptado por las comparsas carnavaleras.
El 31 de agosto de 1813 tuvo lugar el asedio por parte de los ingleses (aliados de España en su intento de echar al invasor francés). Este asedio terminó en la destrucción e incendio de la ciudad, en saqueos y muertes. Un día negro en la historia de Donostia. Esta celebración simboliza, por tanto, la superación de una tragedia mediante la unión de sus ciudadanos, todos a una, mediante la música, la celebración y la confraternidad.